Es uno de esos personajes histriónicos, populistas, con gran afán de protagonismo y necesidad de reconocimiento, que surgen de vez en cuando en un país.
Mateo Salvini protagonizó la política italiana durante los dos últimos años como líder de la Liga, llegando a ser Vicepresidente y Ministro del Interior. Construyó su imagen de duro y salvador de la patria a costa de la inmigración ilegal y el euroescepticismo; durante todo ese tiempo la alimentó con gestos y declaraciones oportunistas, aspirando a convertirse en la referencia de la ultraderecha europea.
Hasta que su ambición le hizo dar un mal paso, se precipitó y perdió la partida y el Ministerio en Agosto.
No creo que nada haya empeorado en Italia ni sé si lo echan de menos. Los que vivimos fuera notamos cómo disminuyen el ruido y la estupidez, estamos más tranquilos sin saber nada de él.