Parece cierto que los sistemas ideológicos-y los partidos que los encarnan- están en crisis o, al menos, necesitados de una redefinición. La gran víctima es la socialdemocracia y curiosamente lo es por haber logrado sus objetivos históricos a los que hoy nadie renunciaría.
Sanidad, educación, pensiones, desempleo, dependencia, etc. y todos ellos con una demanda creciente. La gran pregunta es de dónde salen los recursos necesarios para sostenerlos dignamente. No se resolverá actuando sólo en la partida de ingresos, subiendo impuestos porque provocaría una contracción económica y empobrecimiento.
La soluciones fáciles, populistas están bien para corearlas en la Puerta del Sol pero mejor será activar foros de reflexión y debate. Quien ofrezca soluciones viables tendrá apoyo popular ya sea socialdemócrata, liberal o reformista.