En una sociedad abierta donde casi todo acaba sabiéndose tenemos un personaje manipulador sin límite de todo lo que esté a su alcance; encarna una inconsistencia y una incoherencia que no tienen parangón; su cinismo de melifluo tono se explica en las clases de populismo demagógico; ejerce un caudillaje inflexible. Es un claro vividor de la política y expoliador de la Administración.
Ha anulado lo que nació queriendo ser un partido de bases decisorias hasta convertirlo en un instrumento para concurrir a elecciones y obtener resultados que le permitan seguir en el Consejo de Administración de España S.A., favorecido por la coyuntura de un presidente necesitado que le permite codirigir un gobierno y seguir su tarea erosiva del Estado.
Su última maraña fraudulenta podría salirle cara ante un juez.
¿Cómo puede la izquierda seria verse representada por un individuo con estas características y seguir votándolo?