VERANO PARA OLVIDAR
No creo que nadie pueda recordar con agrado el verano de 2020, más bien como uno de los más funestos de nuestra historia reciente, debido a la pandemia y la consiguiente recesión económica.
Un verano de gel y mascarilla, de preocupación e incertidumbre porque otoño no va a mejorar ni sanitaria ni económica ni políticamente. Cuando comenzó albergábamos la esperanza de que el virus estaba siendo vencido, pero era una falsa ilusión, estaba agazapado esperando que el ser humano activara la estupidez y la irresponsabilidad que lo caracterizan.
Y no tuvo que esperar mucho, pronto encontró caldos de cultivo adecuados en reuniones familiares sin precauciones, ocio nocturno incontrolado, trabajadores en condiciones lastimosas, etc. Y se empleó a fondo provocando miles de contagios diarios y una excesiva ocupación hospitalaria. En la Administración hay confusión y se pasan la patata caliente unos a otros.
Fernando Martínez Serrano 20-9-20