Terminada la fase oral del impecable juicio queda esperar la sentencia del Supremo. Vendrá acompañada del otoño caliente que ya preparan las brigadas antisistema catalanistas. Nada se va a solucionar; al contrario, se recrudecerá el problema.
Son gentes que deforman la Historia, doblegan a tibios e indiferentes, malversan y roban para comprar todo lo que sirva a sus fines, desacatan leyes y sentencias de los más altos tribunales, pagan a sus cargos públicos los mayores sueldos del país, controlan la escuela y los medios como agentes de socialización, proclaman sin pudor que ellos son la ley y obedecen a orates persistentes e irreductibles como Puigdemont o Torra.
Sólo cabe hacerles cumplir la ley, sin concesiones ingenuas que nunca los saciarán. Ayudaría que los medios no nos informen de todos sus numeritos, llevándonos al hastío y regalándoles una gigantesca campaña de publicidad.