Los estudiosos de la evolución socio-económico-política de los líderes de Podemos constatan que se produce a buen ritmo y en una sola dirección: el aumento de poder adquisitivo y la integración en la casta.
Ahora se desgaja un sector llamado anticapitalista y su jefe, Miguel Urban, se va del partido pero no abandona su escaño en Estrasburgo por el que cobra más de 100.000 euros al año. Desde allí seguirá “hundiendo el imperio burgués”, como dice su canción de cabecera.
Otra alumna aventajada es la número dos de Iglesias, Ione Belarra, la de gélida mirada, que se estrena en su Secretaría de estado nombrando asesor a su pareja para hacer frente con holgura a la hipoteca de 141.000 euros que han solicitado para una vivienda (siempre por debajo del jefe).
Ya hay doce parejas de este partido que son altos cargos de la Administración.