Parece inevitable que el nuevo año se asocie con elecciones. Las habrá municipales, autonómicas y – casi seguro-generales.
Hay certezas y dudas. Es seguro que Podemos va a crecer a costa de todos los demás, especialmente IU y PSOE; es dudoso saber si mantendrá ese nivel hasta el día de las urnas o se desinflará un poco.
La mayor incógnita radica en la política de alianzas posibles. Es seguro que escasearán las mayorías absolutas y habrá que buscar socios; es dudoso el signo de esos pactos: si PP-PSOE o entre partidos de izquierda. Todo apunta a que la novia más solicitada puede ser el PSOE y, haga lo que haga, quede seriamente tocado.
Por nadie pase.