Elaborados en el rinéncefalo conectan inmediatamente con recuerdos y afectos, como bien saben neurólogos y anunciantes de perfumes. Nos sitúan en un universo subjetivo y cada uno de nosotros haría su propia selección de los más significativos a lo largo de su vida.
Ahí van algunos: un bizcocho, que me puede “trasladar” desde mi hija a mi abuela pasando por mi madre y por mi mujer (Proust eligió la magdalena).
La goma de borrar con la que viajo desde el sudoku samurái hasta el pupitre del colegio. El hinojo de los caminos del campo; la hierba recién cortada, ya sea alfalfa o césped; el mar vacío de personas y recién agitado por el lebeche…

Leemos: “Podemos rompe con Cambiemos porque no quiere que Ganemos sea como lo que ya conocemos”…y sea fácil averiguar dónde nos escondemos. Cuanto más lo enmascaremos menos lo entenderemos.
A ver si aprendemos que lo que queremos sólo lo encontraremos entre gente seria y coherente. Alejemos las tentaciones y votemos entre lo que conocemos para que no fracasemos apoyando una mala copia de lo que tenemos.
El 24M ya veremos y, en cualquier caso, será bueno que nos aclaremos no vaya a ser que logremos lo contrario de lo que nos proponemos. Por mucho que nos indignemos más vale que reflexionemos. Si no lo hacemos nos arrepentiremos pero tendremos lo que nos merecemos.

Es el grito de júbilo que da un científico- evocando a Arquímedes- cuando descubre algo que perseguía. En España se ha realizado la primera –tercera en el mundo- operación de cerebro sin abrir el cráneo, mediante ultrasonidos y se ha resuelto con éxito un grave trastorno neurológico de la paciente.
Puede ser el inicio de nuevos tratamientos para el Parkinson, Alzheimer y otras enfermedades; para aliviar pena, deterioro y dolor que nos afligen.
Sería hermoso vivir en una sociedad que valorase estos hallazgos y a sus protagonistas, aunque no jueguen al fútbol o asistan a los “ realities”de Tele-5 (Paolo Vasile sigue en libertad y sin cargos), que diferenciase lo esencial de lo trivial.

Extraños para sí mismos, descubriendo un nuevo cuerpo, como su propia pubertad indica. Decía Mae West que demasiado viejos para ser niños y demasiado jóvenes para ser adultos. Sin duda es una edad de frontera y difícil.
El ser humano “no es sino lo que él se hace” y en ese quehacer cotidiano nos vamos moldeando de un modo u otro según actuamos.
Los adolescentes están en pleno proceso de socialización, de incorporación a su sociedad y ahí juegan un papel decisivo los “agentes socializadores”.
Pero la familia anda desconcertada, la escuela es más informativa que formativa y los medios de comunicación descontrolados. No parece un buen cóctel. Si los queremos equilibrados, ayudémosles y evitemos futuras tragedias.

Curioso fenómeno ya conocido pero que se está acentuando de cara a las elecciones del próximo 24M. Muchos candidatos – elegidos en primarias o por delegados- minimizan o claramente ocultan las siglas y el logotipo de su partido; como unas marcas suben y otras bajan se agudiza en estas últimas. El caso más notorio es el del estrafalario presidente extremeño.
Siguen en listas cerradas y bloqueadas, hechas por el aparato del partido pero casi reniegan de él.
Podíamos ir buscando un nuevo modelo con distritos más reducidos y listas abiertas que favorezcan y estrechen la relación entre electores y elegibles. Entonces sí se podrían distanciar más del partido.

Siempre se ha dicho que la política hace extraños compañeros de cama. Pero todo es superable. Acabamos de conocer que el grupo yihadista detenido en Cataluña estaba conectado con un neonazi; los islamistas radicales ponen la locura fanática, las ganas de matar y el de extrema derecha aporta armas y explosivos para llevarlo a cabo (el software y el hardware).
Y es que, como dijo Felipe refiriéndose a dos insignes líderes antitéticos que hacían pinza, “en el fondo son la misma mierda”.
Es un indicador de estos tiempos desconcertantes que nos toca vivir. No será fácil enfrentarse con estos ejércitos de descerebrados que pululan por la Historia.

Siempre han sido un punto débil para nuestra región acentuando su carácter periférico por lo mal comunicada que se encuentra. Una pregunta recurrente es ¿Qué hemos hecho los murcianos para merecer esto?; hasta Alicante todo está claro y a partir de ahí los problemas.
Hoy tenemos un AVE de nunca acabar, lleno de mentiras, amenazando con romper el centro de las ciudades, que te hace pensar si no habría sido mejor acondicionar el trazado actual solucionando el sangrante desvío de Camarillas.
Y un enrevesado aeropuerto de Corvera rozando el esperpento que te lleva a pensar si no habría resultado más eficaz negociar con Madrid el de San Javier, ampliado, modernizado y gestionado por AENA.

Ciudad fría y distante donde cada día se toman más decisiones que nos afectan. Se ha convertido en un claro ejemplo de ambivalencia, de aquello que suscita en nosotros sentimientos y valoraciones opuestos.
Amantísima madre cuando cuando nos nutre con sus fondos para construir y mejorar infraestructuras o subvenciona nuestra agricultura pero odiosa madrastra cuando sitúa la lupa en nuestras cuentas públicas y nos exige “cuadrarlas” imponiendo duras políticas de contención del gasto.
A estas alturas ya se puede hacer balance y parece claro que se está mejor dentro de la UE que fuera de ella, caminando hacia lo supranacional que regresando a la aldea vasca o catalana.
Dejemos las tribulaciones para los confundidos y reacios griegos.

Hace 2.800 años escribió Homero dos grandes poemas épicos: la Ilíada y la Odisea y aún subsisten ideas y expresiones que forman nuestro acervo cultural.
El mejor modo de referirse a un regalo engañoso y perjudicial es llamarlo “caballo de Troya”, la argucia que utilizó el astuto Ulises para penetrar en la ciudad.
No te sientas atraído por halagos seductores pero falsos, no oigas “cantos de sirena”.
Tomamos medidas drásticas, extremas sin reparar en las consecuencias, gritando con Menelao “que arda Troya”.
Si algo se eterniza sin avanzar pensamos en el “velo de Penélope” que tejía y destejía ganando tiempo a la espera de su amado Ulises.
Y estos bárbaros que nos gobiernan liquidando la cultura clásica.

Siempre se ha dicho que la política hace extraños compañeros de cama. Pero todo es superable. Acabamos de conocer que el grupo yihadista detenido en Cataluña estaba conectado con un neonazi; los islamistas radicales ponen la locura fanática, las ganas de matar y el de extrema derecha aporta armas y explosivos para llevarlo a cabo (el software y el hardware).
Y es que, como dijo Felipe refiriéndose a dos insignes líderes antitéticos que hacían pinza, “en el fondo son la misma mierda”.
Es un indicador de estos tiempos desconcertantes que nos toca vivir. No será fácil enfrentarse con estos ejércitos de descerebrados que pululan por la Historia.