Un tema clásico en Filosofía ha sido la naturaleza humana y, como cabe esperar, surgen múltiples interpretaciones.
En la línea optimista Sócrates sostiene que “el hombre es una cosa sagrada”. Continuará Rousseau hablando de un “hombre bueno por naturaleza al que la sociedad corrompe”.
En la pesimista Hobbes afirma que “el hombre es un lobo para el hombre” su egoísmo y agresividad conducirían a una “guerra de todos contra todos”. Freud habla de un psiquismo humano en el que predomina lo Inconsciente, movido por pulsiones que no controla y lo obligan a vivir continuamente reprimido.
Pero por encima de todos Hegesias quien, ante la imposibilidad de alcanzar la felicidad, dice que “lo mejor es no nacer y, si has nacido, morir lo antes posible”. La alegría de la huerta.
Nadie puede negar que hemos creado una sociedad intensamente consumista, que nos excedemos en comprar más de lo que puede resultar necesario. Todo nos impulsa a hacerlo. A nuestras épocas tradicionales se van sumando otras de importación con sus innecesarios y estúpidos anglicismos. Faltaban el black friday y las shopping nights. Zonas peatonales, centros comerciales, iluminación, publicidad.
La gran paradoja es que esta fiebre comparte escena con mucha gente que se sitúa en el umbral de la pobreza, un elevado paro, salarios de miseria, bancos de alimentos y comedores sociales (que en estas fechas echan el resto).
Vivimos en una sociedad dual y un tanto esquizoide. Sería bueno lograr unos niveles mayores de igualdad y cohesión.
Exclamó el conde de Romanones cuando comprobó la deslealtad con que actuaban los académicos que le habían prometido su voto.
Algo así podrían decir los dirigentes del PSOE cuando contemplan la lealtad que muestran algunos líderes autonómicos.
Idoia Mendia firma un acuerdo de gobierno con el PNV en Euskadi (antes quiso acercarse a Podemos y Bildu) sin informar a la gestora. Imita a Iceta en Cataluña. Socialistas defendiendo el “derecho a decidir”, que España es “nación de naciones” y otras zarandajas propias del nacionalismo.
Ambos coinciden en ser máquinas de perder elecciones en sus territorios y fieles devotos de su admirado ídolo Pedro Sánchez quien sigue esforzándose por ser el enterrador del partido al no aceptar su fracaso como dirigente y como candidato.
Después de algunos acontecimientos recientes, y temiendo algunos que están por venir, se ha puesto de moda hablar de populismo y aunque se discuta su significado está claro que, entre otras cosas, consiste en dirigirse más a los sentimientos de las personas que a su razón.
Por eso el mejor antídoto sería el racionalismo, o sea, ejercer desde y para esa capacidad que sólo poseemos los humanos y que nos permite elaborar argumentos lógicos siguiendo el esquema del viejo silogismo. La duda es si resultará posible en esta época de redes sociales y mensaje fácil.
No puede ser cierto que estemos condenados a padecer a líderes políticos
Como Trump, Le Pen, Grillo, Iglesias, Farage, Orban,etc. Hay que vacunarse contra ellos.
Siempre polémico. Antes quedábamos por debajo de la media de la OCDE en las pruebas que incluye y se discutía nuestra política educativa. Ahora alcanzamos niveles medios pero con serias diferencias entre regiones y, al estar las competencias transferidas, surge el conflicto entre Comunidades y su modo de gestionarlas. Nadie se esfuerza por aislar las verdaderas causas y hacer los cambios necesarios para combatirlas.
Para acabar de arreglarlo, el ministro atribute la mejora al esfuerzo de los profesores y, sin darse cuenta, descalifica a los que trabajan en zonas con baja puntuación.
Pronto se acabará orientando toda la acción docente en función de los tres bloques que se evalúan, buscando la estadística que nos beneficie.
No parece alarmante que se pueda reformar una Constitución que cuenta con 38 espléndidos años de existencia.
Al tratarse de algo tan decisivo para un sistema democrático conviene tener claros los motivos y el contexto en el que se produce el cambio, saber cómo se abre y se cierra el proceso.
En España PP, PSOE y C´S gozan de una mayoría suficiente y configuran un espacio político de racionalidad y sensatez (que podía haber “cuajado” antes de no ser por la inmadurez y obcecación de Pedro Sánchez).
Con los nacionalistas se estudia si hay margen para alguna concesión, manteniendo como es natural la unidad territorial y a quienes desean “enterrar el régimen de la Transición” se les invita a la reunión, sabiendo que preferirán quedarse fuera protestando.
Esta vez sí se ha cumplido lo que adelantaban las encuestas y los italianos han rechazado la reforma constitucional que se les proponía.
Era un cambio de mucho calado que merecía ser aprobado y parece exportable a otros países. Pero el presidente lo convirtió en un plebiscito personal, corriendo el riesgo de que votaran negativamente quienes tienen motivos de queja contra él o su gobierno.
Un gobernante no puede tomar decisiones tan personales ignorando el contexto o sin sopesar todas las posibles consecuencias. Ese ha sido el pecado de Renzi, como lo fue antes de Cameron.
Se abre una crisis política y Europa queda más debilitada y desconcertada cuando hace falta justamente lo contrario.
En Austria, por la mínima, se han salvado los muebles.
Esa es la razón esgrimida por los diputados/as socialistas que desobedecieron al Comité Federal. Se debate, se vota, pierden pero no respetan el resultado; ellos están por encima de esas minucias.
Ahora les sorprende que el partido imponga algún tipo de sanción.
Su conciencia les podría hacer ver que la salida más digna ante el dilema que viven es dimitir y dejar que el escaño lo ocupe el siguiente de la lista cerrada en la que figuraban.
La de conciencia más exigente es la aguerrida magistrada Robles que no ha dejado una huella muy positiva en los ámbitos ejecutivo o judicial por los que ha pasado. Ahí está, cual vedette, dejándose entrevistar para justificar su vergüenza y criticar a un partido en el que ni siquiera milita.
Es una expresión cruda y ya ha sido sustituida por la más aséptica “maternidad subrogada”. Mujeres que no quieren o no pueden tener hijos recurren a este procedimiento y en algunos países es legal; en España, no.
Es un tema difícil y polémico. Sus detractores argumentan que mercantiliza
el cuerpo femenino. Por otro lado, si una mujer puede donar óvulos o entregar a su hijo en adopción… ¿por qué no “prestar” su vientre para la gestación?
En cualquier caso, procede abrir un debate social y político para definirlo legalmente. Tal vez se podría autorizar-siempre con garantías formales- sólo en casos “terapéuticos”, nunca por simple estética.
En cuanto a la degradación, más se degrada a la mujer en algunos programas de Tele-5 y nadie dice nada.
El Blog pretende ser un espacio abierto a la reflexión interactiva, propiciar un intercambio de puntos de vista, de valoraciones. La temática es abierta, pluridisciplinar y combina microartículos (en torno a 100 palabras) con otros más extensos.