Las clásicas eran aquellas del tipo ¿De dónde venimos- quiénes somos- a dónde vamos? Pero ya están resueltas por la ciencia aunque algunos se resistan a admitirlo.
Ahora hay dudas más profundas que suelen conducir a equívocos curiosos.
Por ejemplo: adjudicar correctamente sus capitales a Paraguay y Uruguay o a las Repúblicas bálticas; si se unge a los bueyes y se unce a las personas; distribuir bien las jorobas a camellos y dromedarios; diferenciar con rapidez la imagen de lo cóncavo y lo convexo; hay quien infringe castigos al que inflige la ley, etc.
Bromas aparte, la duda es buena porque conduce a la pregunta (precontor=buscar) que desea solución y ese es un camino mentalmente sano.