Parece normal y exigible que una organización política tenga un ideario definido, una forma de entender la realidad y solucionar los problemas que se plantean. Pero desde hace un tiempo estamos conociendo a muchos que no encuentran un espacio propio y lo resuelven oponiéndose a todo; les sale gratis porque nunca explican un modelo alternativo ya sea energético, educativo o fiscal; les basta con oponerse a lo que digas.
Sus referencias de otra época se han caído, hoy rusos y chinos serían los primeros en reírse de ellos.
El mejor ejemplo de esta actitud-no el único- es la CUP catalana que se proclama antisistema, antieuropeísta, anticapitalista,etc. Acumulan demasiados “contra” y sería más razonable que encontraran algunos “pro”.