Me cuesta hablar de esta mujer porque me produce un rechazo que va más allá de lo racional y eso no me gusta.
Pero, siendo objetivo, creo que presenta flancos claramente criticables.
Utilizó descaradamente a los desahuciados para lograr sus propósitos aunque había afirmado que nunca estaría en política. Mintió sobre los estudios realizados. Era un modelo de pureza que venía a redimirnos de nuestros pecados y empezó colocando a los suyos, dando protagonismo a okupas desocupados antisistema de Barcelona que ya no necesitan taparse la cara y cobran nóminas que jamás habrían soñado. Cofunde “gestionar” un ayuntamiento con “hacer gestos”.
Provocadora nata y enemiga de lo establecido sería interesante saber cuándo y por qué comenzó a odiar al mundo.