El socialismo catalán se instaló hace tiempo en un espacio confuso y cambiante que lo va desangrando electoralmente.
Ahora el voluntarista Iceta anda obsesionado con la transversalidad, no para de hablar de equilibrios y los busca recuperando a gentes rebotadas de otros partidos: un exconsejero de Artur Mas que pilotó la charlotada del 9-N y un exfiscal con afán de protagonismo que no encajó en Podemos.
Los escaños que obtenga no serán decisivos para el bloque independentista ni para el constitucionalista y la tentación de resucitar el tripartito no debe considerarse.
Afronta un Panorama Sin Certidumbres; es Problemática Su Clasificación; Pedro Sánchez Contribuye (con su cacao plurinacional) y puede sufrir una Pérdida Sin Contraprestaciones.