Hace algún tiempo se hablaba de una mujer doblemente alienada y cosificada. Lo cierto es que su situación ha empeorado. Adolescente acosada en el Instituto, joven violada en grupo, mujer asesinada por su marido o expareja que no soportan la separación. Una barbaridad creciente.
Habrá que intensificar la igualdad intersexual en el proceso educativo y endurecer las penas hasta hacerlas disuasorias.
También se puede aconsejar a algunas mujeres que no contribuyan a consolidar el estereotipo de mujer objeto, que se sientan algo más que un cuerpo atractivo, que se alejen de esa imagen de frivolidad con la que aparecen en programas basura de la factoría de Tele-5.
El hombre no es bueno por naturaleza ni la sociedad es como nos gustaría, hay que adaptarse a ella luchando por transformarla.