Singular establecimiento en el que se entrecruzaban la alquimia, la rebotica y el laboratorio; supermercados de la posguerra donde había perfumes, aceites, artículos para el hogar y el jardín, alimentos especiales; en fin, casi de todo menos marihuana o cocaína. Tenían un olor inconfundible que era una de sus señas de identidad junto con el dependiente que vestía una bata y reforzaba una imagen de lugar científico.
Su decadencia empezó en la década de los 70, cuando empezábamos a ser modernos. Hoy se han ido diluyendo en farmacias, perfumerías o herboristerías y las que quedan tiene un aspecto bien distinto.
Si un día se legalizan las drogas… ¿Se recuperará el nombre?.