En el juego de los barcos unos quedan tocados y otros hundidos. Algunos duendes malignos juegan con el gobierno de Sánchez y han logrado hundir a dos ministros (por “ingeniería” fiscal y por plagiar mintiendo) y dejar tocados a un buen número.
Otros dos, Duque y Calviño, también crearon sociedades para aliviar su carga impositiva. La portavoz, hierática y solemne, oculta datos en su declaración de bienes. Más grave es lo de la ministra de Justicia, por su actitud y por lo que se ha filtrado sobre ella. Borrell dilapida su aura prestigiosa al conocerse su “debilidad” delictiva usando información privilegiada y tragando con el “diplocat”. La de Economía ve cómo sus colegas de Bruselas le cuestionan los presupuestos.
La mesa del Consejo de ministros debe ser todo un poema los Viernes. Les faltaba el resultado de las andaluzas.