CATALUÑA FAMÉLICA

 

En Cataluña suenan tambores de huelga de hambre. Es la última patochada que se les ha ocurrido para caldear el ambiente de cara al juicio sobre su intento de golpe de Estado.

La inician consejeros presos, el presidente se suma (sólo dos días de dieta), los curas animan a sus fieles para que se solidaricen, se celebran vigilias con velas y cánticos; en fin, el teatrillo separatista.

Tendría que extenderse hasta que viéramos un 47% de hambrientos; a ver si se cumple aquello de que el hambre agudiza el ingenio y tienen un destello de lucidez para captar su estúpida quimera en toda la miseria intelectual, social, moral e histórica que encierra.

A la normalidad por el hambre y el heroísmo de los golpistas habrá hecho un gran servicio a “su patria”. Amén

 

 

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