Extraña situación la de Venezuela. Últimamente se ha llegado a una especie de punto muerto del que no parece fácil salir.
Guaidó arrancó con fuerza, denunció la situación insoportable, consiguió el apoyo de la mayoría de los países democráticos y, sobre todo, de USA.
Pero Maduro reaccionó como un animal acorralado, vociferante y amenazador, y logró la “comprensión” de Rusia y China que defienden sus propios intereses.
Lo lógico sería buscar acomodo en Cuba para el dictador y sus corruptos generales, dejar que disfruten de sus depósitos bancarios, fruto de la rapiña y el narcotráfico. Tras un tiempo prudencial, convocar elecciones y solidaridad internacional para rescatar al pueblo venezolano de la pobreza en que lo han sumido.
Por cierto, algún día conoceremos los “intereses” que han llevado a Zapatero a jugar su extraño papel.