Que los expresidentes son como los jarrones chinos (algo valioso que no sabemos donde meter) no va con Zapatero. Vale poco y sabe donde se mete. Tiene la rara habilidad de elegir temas que generan el repudio de la mayoría de los ciudadanos.
Apoya en Venezuela a un dirigente tan demócrata y honrado como Maduro. Hemos sabido de contactos con ETA que parecen poco acertados. Y, no contento con eso, se pronuncia en favor de una sentencia suave y un posterior indulto para los separatistas catalanes. Debe ser por la mala conciencia que lo acompaña desde que, siendo presidente en 2003, activó la bomba catalana al decir que aceptaría el Estatuto que aprobara el Parlamento catalán.
Cuesta creer que su conducta sea sólo la propia de un bobo simplón; mas bien parece que lo usan para ir allanando el camino a otros.