Yo soy el camino, la verdad y la vida. Si queréis entrar en mi reino y compartir las mieles del poder habréis de venir, humildes, postraros ante mí y defender vuestros méritos.
La lógica política dice que tendría que ser yo quien se dirigiera a vosotros para explicar mis planes y pedir apoyo o neutralidad; pero yo estoy por encima de la lógica, no me atengo a esas servidumbres.
Si albergáis alguna duda no tenéis más que consultar el oráculo del CIS, ese organismo público tan objetivo, y ver cómo crecen la intención de voto hacia mi partido y la valoración de mi persona.
Con ese estado de autocomplacencia no es extraño que Pedro Sánchez acaricie la posibilidad de repetir elecciones (los 300 millones y la parálisis administrativa poco importan). Aunque lo más probable es que acabe formando el gobierno que nos tememos.