Don Pablo y Doña Irene, Señores de Galapagar, deberían revisar su acendrado republicanismo y se darían cuenta de que en el fondo son monárquicos: viven “a cuerpo de rey” y tiran con “pólvora de rey”, expresiones populares muy significativas.
Lo hacen con dinero público y lo hacen cuando cada euro debe ser sagrado, gastado con sentido y eficacia porque el PIB cae estrepitosamente y las necesidades aumentan para muchos españoles que apenas podrán satisfacerlas.
La joven e irreflexiva ministra paga desde su ministerio 120.000 euros por cambiar el color de unas letras. Ella es feliz en su nube y con su pancarta, nombrando asesores por doquier; pero nos sale muy cara a los españoles. Su residencial mansión está protegida por treinta guardias civiles para que nada pueda alterar su inmerecido descanso. ¿No es un exceso de servilismo por parte del mendaz Marlaska?
TÚ SABES QUE LA HISTORIA NO TRANSCURRE SIEMPRE AL MISMO RITMO.DESGRACIADAMENTE EL EMPOBRECIMIENTO Y LA DEGRADACIÓN DE LA POLÍTICA SE INTENSIFICARON DURANTE ESOS DOCE AÑOS.
A VER SI LO JÓVENES LOGRÁIS UN MOVIMIENTO IGUAL DE INTENSO PERO DE SIGNO CONTRARIO.
Noto tanta distancia entre el mundo de mis años de instituto y el de ahora que es apabullante descubrir la degeneración política. Y han pasado escasos doce años.
Estos artículos son una buena crónica del proceso.