Todas las entradas de: Fernando Martínez Serrano

VACUNA REGIA

 

A la espera de lo que la ciencia y el tiempo nos deparen sobre la vacuna contra el Covid-19, en la Casa Real han encontrado la suya propia contra el virus antimonárquico que padecemos y que sabemos en qué laboratorios se produce y por que canales se propaga; los errores del padre les sirven como arma para atacar al hijo y a la Institución.

Mientras haya personas cualificadas y cumplidoras en el trono aportarán más estabilidad que la confrontación interpartidista para la Jefatura del Estado. Y ese debate lo vivimos en los procesos electorales legislativos, autonómicos y locales. La esencia de la democracia queda perfectamente a salvo.

Los reyes se han echado literalmente a la calle para consolidar el apoyo social que saben que tienen; ese es su mejor antiviral porque difícilmente los partidos constitucionalistas atacarían a un rey con fuerte respaldo ciudadano. Eso queda para fundamentalistas trasnochados.

 

 

SUPERVIVIENTE

 

En una sociedad abierta donde casi todo acaba sabiéndose tenemos un personaje manipulador sin límite de todo lo que esté a su alcance; encarna una inconsistencia y una incoherencia que no tienen parangón; su cinismo de melifluo tono se explica en las clases de populismo demagógico; ejerce un caudillaje inflexible. Es un claro vividor de la política y expoliador de la Administración.

Ha anulado lo que nació queriendo ser un partido de bases decisorias hasta convertirlo en un instrumento para concurrir a elecciones y obtener resultados que le permitan seguir en el Consejo de Administración de España S.A., favorecido por la coyuntura de un presidente necesitado que le permite codirigir un gobierno y seguir su tarea erosiva del Estado.

Su última maraña fraudulenta podría salirle cara ante un juez.

¿Cómo puede la izquierda seria verse representada por un individuo con estas características y seguir votándolo?

 

 

PROVOCADORES

 

En condiciones normales la inmigración ilegal es rechazable, en una crisis económica se hace insostenible y en plena pandemia la entrada de inmigrantes infectados de Covid-19 es incomprensible.

Al “buenismo” se le deben fijar límites. Quienes amparan (y potencian) estas entradas ilegales son gentes de buen corazón y mejores propósitos, pero podían ganarse el cielo habiendo cosas más útiles para la sociedad.

Los inmigrantes saben que incumplen normas, que no existe el paraíso, que crean problemas, pero siguen forzando la situación. Los que vienen enfermos y contagian tan seguros están de que en su país no serán atendidos como de que en el nuestro serán tratados exquisitamente y en un caso extremo incluso con preferencia sobre un español septuagenario hipertenso y/o diabético.

Argelia y Marruecos cierran sus fronteras y de vez en cuando nos obsequian con paisanos enfermos. ¿Es normal y hay que seguir mirando para otro lado?

 

 

NUEVOS EPICÚREOS

 

Decía el gran Epicuro que una fase previa a la búsqueda del placer consiste en evitar varios temores que atenazan nuestras vidas. El más importante, el temor a la muerte.

El fin del estado de alarma y la falsa sensación de que la pandemia está superada nos muestran imágenes de grandes grupos de personas que actúan temerariamente, sin la menor cautela. En playas, en terrazas, en el campo y por los cuatro puntos cardinales; les da igual, no renuncian a sus modos de diversión. Sus vidas también están orientadas al placer, aunque no tal y como lo entendía el filósofo. Su ausencia de temor no es fruto de la reflexión sino todo lo contrario; ni siquiera son  conscientes de los estragos que pueden causar en cadena, empezando por sus familiares.

No es fácil entender estos comportamientos, deben responder a pulsiones gestadas en el Inconsciente.

 

 

EL TALAOR

 

Así, sin la “d” intervocálica, y a pesar de que lo que hacen no es talar (cortar por el pie) sino podar (quitar ramas superfluas).

No es fácil saber qué conviene dejar en un árbol para que sea productivo; cada cual tiene sus leyes y hay que distinguir entre el olivo, la higuera, los frutales o una parra. No sólo saber cómo se hace sino cuándo se debe hacer (la luna suele ser la referencia).

Usan pocas herramientas y cobran poco para su buen hacer. Son los auténticos catedráticos de la Universidad Rural. Agricultores que no tienen problema con las demás tareas no se atreven con esta y llaman al “talaor”.

Cuando aparezca una máquina capaz de sustituirlos se habrá acabado todo, el campo será una fábrica y los “talaores” serán un grato recuerdo.

 

 

UNA HOMOESTUPIDEZ

 

Afortunadamente ya está corregida la injusta situación en la que se encontraba la homosexualidad durante la dictadura; ya está legislado todo lo que devuelve la homosexualidad a su condición natural de ser una orientación tan respetable como cualquier otra.

Ahora cabe preguntarse por qué se le ha conferido esa categoría cuasi sagrada  para todos y que lleva a excesos y estupideces que  hacen un flaco favor a la causa.

Sirva como anécdota el perfil de twitter de la Guardia Civil exhibiendo la bandera arco iris, una señal más del mal trato que el ministro Marlaska viene dispensando a la Benemérita.

El colectivo LGTBI debería asumir que la sexualidad es sólo un componente del ser humano, ni siquiera el más importante. Que cada cual viva en paz con su sexo y respete a los demás, incluidos los escolares recibiendo educación sexual, no homosexual.

 

 

FORZOSO KEYNES

 

El clásico debate entre socialdemocracia y liberalismo sobre el papel del Estado en la economía de un país pierde fuerza (si es que no desaparece) en determinadas situaciones.

Sin duda una de ellas la ha provocado esta pandemia y sus perniciosos efectos socioeconómicos.

El Estado tendrá que servirse de todos los mecanismos que posee con sus Presupuestos y su Política Fiscal. El gasto, y por tanto la deuda, crecerán. La cuestión estriba en apoyar sectores estratégicos, tipo turismo o sector automoción, evitando incurrir en estupideces como aquella del cheque-bebé o la frivolidad de pagar campañas publicitarias de autobombo con capítulos insultantes.

Todo será poco para incrementar la demanda, no se logrará el pleno empleo, pero bienvenido sea todo lo que contribuya a mitigar los duros efectos de esta crisis.

Un gobierno serio y unos partidos responsables ayudarían mucho.

 

 

EL GRAN COMBATE

 

Que se libra hoy en el mundo y que continuará es el que protagonizan China y USA. Transcurre sobre un silencioso fondo, a modo de nueva versión de la antigua guerra fría.

Se disputan el liderazgo mundial en todos los ámbitos posibles: económico, tecnológico, militar, sanitario, espacial, etc.

A grandes rasgos, se observa una China en fase de ascenso, con un presidente sólido que siempre controlará la situación más fácilmente en una dictadura, frente a una América menguante, cerrada en sí misma y con el presidente más absurdo e incapaz de su historia.

Todo les sirve como arma: estrategias geopolíticas, big data, inteligencia artificial, nuevas tecnologías y hasta la OMS con motivo de la actual pandemia.

Naturalmente una batalla así en un mundo interconectado afecta a todos y, a veces, las víctimas colaterales sufren más que los propios contendientes.

 

 

MOVIMIENTO

 

En su vagar por el espacio político y tras un cambio de líder Cs ensaya un nuevo movimiento: se distancia del PP y se deja querer por el PSOE, votando con el gobierno la prórroga del estado de alarma.

En seguida surgen “analistas” que sugieren cambios profundos, que postulan una nueva mayoría que entraría por la puerta grande con motivo de los Presupuestos Generales.

Y ciertamente es posible. Al bloque gubernamental le añades Cs,  PNV y Más País y llegas a 173; haces un viaje desde Cantabria a Canarias pasando por Teruel y vuelves con mayoría absoluta, aislando separatismos catalán y etarra.

El presidente “tragaría”, hablaría de ingeniería y geometría variable; no se va a poner escrupuloso a esta altura. La gran dificultad estaría en el difícil entendimiento Podemos-Cs, en que ya existen muchos compromisos con ERC y en que probablemente Sánchez prefiere seguir como está.

 

 

ESTADO DE HASTÍO

Tras tres tristes meses (faltan los tigres y el trigo para el trabalenguas) finaliza el estado de alarma que decretó el Gobierno y ratificó el Parlamento.

Imposible resumir las sensaciones que nos deja, pero creo que una destacada es la de cansancio. Salimos cansados del monocorde Simón y de los artificios contables de Illa con su macabro baile de muertos; del uso espurio que ha hecho el presidente para colocar medidas ajenas que sólo lo benefician a él; de la paternal generosidad con la que nos iba regalando espacios y movimientos en sus peroratas dominicales; de la inoperancia de los partidos atentos a sus intereses y al corto plazo; de predicar en el desierto la necesaria colaboración para afrontar la crisis económica.

Pasamos a un estado de incertidumbre acompañado de uno de impotencia. No nos será dado el estado de esperanza.