BICEFALIAS

 

La pandemia está obligando a la Administración a forzar las máquinas, especialmente en algunos sectores. Y los resultados están lejos de ser satisfactorios.

Si es criticable que no se establezcan acuerdos con la oposición, lo es mucho más que no se logren ni siquiera dentro de un gobierno cuando este resulta de la suma de dos partidos.

Es algo que se ha hecho patente en el gobierno central entre PSOE y Podemos o en el gobierno autonómico murciano entre PP y Cs. Así se hace bueno el tópico de que carecemos de buenos líderes, de gente solvente con altura de miras, capaces de ver más allá de sus intereses partidistas y electorales, de transitar por la “res pública” con la generosidad y la dignidad exigibles.

Se inhabilita a un político por corrupción y debería ser posible hacerlo también por incompetencia. Pero, claro, qué jueces harían ese diagnóstico.

 

 

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