CARTEL ELECTORAL

 

Los partidos políticos son cada vez más endogámicos. No se alimentan de gente relevante y con prestigio que provenga de fuera y cuando llegan unas elecciones vuelcan sus esfuerzos en lograr candidaturas (los programas no los lee nadie) que incorporen personas con amplia proyección pública en diferentes ámbitos: culturales, deportivos o periodísticos.

La operación tiene riesgos porque pueden “colarse” personajes con episodios dudosos en su vida y porque supone una frustración para los disciplinados militantes que esperaban su oportunidad y se ven postergados.

Ahora vivimos uno de esos momentos (por unas elecciones a las  que no se debió llegar de este modo) y no debería comportar una degradación del nivel actual, que ya es bastante bajo. Esperemos que acierten con el casting los seleccionadores y no se acabe banalizando excesivamente la actividad política.

 

 

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