DEGENERANDO

 

Así decía el banderillero de Belmonte que había llegado a ser un político importante: degenerando. Y, con el panorama que nos envuelve, cualquiera diría que nuestros líderes han sido antes banderilleros. Se cumple en ellos el conocido principio de Peter según el cual uno va ascendiendo en su trabajo hasta alcanzar el máximo nivel de incompetencia.

Son percibidos como ineptos e incluso como inútiles por la mayoría de los españoles, forman parte de la generación más mediocre de nuestra historia reciente. Pero ahí siguen, parasitando ese gigantesco organismo que es la Administración sostenida con nuestros impuestos, enzarzados en sus debates y ajenos al interés general.

Lo malo es que si echas un vistazo por ahí fuera, aparecen Trump, Johnson o Salvini, y te tienes que consolar con lo de dentro.

Resignación, que es virtud.

 

 

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