DESUBICADOS

 

Militar en un partido no supone comulgar con el 100% de sus postulados y menos aún con todos sus dirigentes, aunque una vez afiliado se debe lograr cierta acomodación.

Pero lo cierto es que algunos desencajan ostensiblemente, no se entiende qué hacen ocupando determinado espacio político ni por qué los partidos los mantienen en sus filas.

El fenómeno cobra más relieve en la izquierda cuando está por medio el nacionalismo, que debería ser incompatible con esa ideología. En el PSOE se vive en Cataluña con los Maragall que han acabado en ERC y ahora con Iceta y Batet que tienen su alma dividida. El colmo lo encarna en el País Vasco Eguiguren, siempre comprometido con el independentismo hasta acabar  ensalzando al etarra Josu Ternera, destacado asesino entre asesinos. ¿No debería darse de baja o ser expulsado?

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *