EVOCACIONES

Con los años la memoria va ganando protagonismo aunque pierda precisión, se “viaja” mucho al pasado.
Un paseo tranquilo y lo que vas viendo se convierte en estímulo evocador. Un simple ejemplo. Puedes contemplar un edificio y construir en torno a él una red de recuerdos: el solar, su dueño, el promotor, la venta, el permiso urbanístico, la complicada financiación, el nombre y la situación de la mayoría de los compradores.
Si te ocurre, pasan dos cosas: que tienes mucha información porque las circunstancias te han permitido tenerla y, sobre todo, que el tiempo es irreversible y no pasa en vano.
Ahí andamos, entre un pasado irrecuperable y un futuro incierto.

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