GATOS DE COLORES

 

Ya sentenció Deng-Xiao-Ping: “Gato blanco, gato negro; lo importante es que cace ratones”, insuperable resumen de pragmatismo, de política realista que prescinde de casi todo aquello que no responda al interés propio.

China conserva vivo ese espíritu. Mantener engrasada la maquinaria de la segunda potencia mundial (pronto será la primera) requiere múltiples esfuerzos.

Teje alianzas con Moscú, marginando a EEUU por su trasnochado proteccionismo. En África y América latina extiende sus tentáculos ganando cuotas de influencia y de poder hasta hace poco impensables.

Proporciona inversión y financiación mostrándose flexible con sus deudores, obtiene muchos recursos naturales.

Al impresentable Maduro lo miden en barriles de petróleo que les puede proporcionar y lo invitan a Pekín cuando es un apestado internacional (¿Cómo puede ser tan torpe Zapatero?).

Grandes estrategas los chinos.

 

 

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