Es una tendencia que se impone fácilmente. En Lógica existe un tipo de falacia que lleva ese nombre, también está en el refranero: “por un perro que maté….”. Pero lo cierto es que cuando hablamos de seres humanos resulta imposible que todo un colectivo comparta una cualidad (la proposición universal afirmativa).
Menciono esto porque va siendo hora de dejar claro que la mayoría de los políticos no son corruptos, la mayoría de los sacerdotes no son pederastas, la mayoría de los catalanes no son independentistas, la mayoría de los empresarios no son explotadores, etc, etc.
Convencerse de lo contrario sólo sirve para debilitar unos sistemas referenciales que deben ser reformados pero no pueden ser eliminados.