Felipe González ha declarado que le parecería una fórmula adecuada si resultara necesaria para el país.
El futuro político inmediato huele a fragmentación y eso no crea las mejores condiciones para abordar los necesarios cambios constitucionales que se avecinan y exigen amplias mayorías.
Para gobernar un Estado de derecho los mecanismos previsores son esenciales, siempre hay que tener algún cartucho en la recámara.
El expresidente, una vez más, ha dicho algo sensato que puede ser tenido en cuenta como elemento de reflexión y no merece rechazos o descalificaciones simplistas. En otras democracias consolidadas se ha ensayado y no ha ido mal.
¡Ojalá aquí no resulte necesario!