INVESTIGADO

 

Tristísimo epílogo de lo que fue un buen reinado para España. El rey Juan Carlos I va a ser investigado por la Fiscalía del Supremo en relación con posibles corruptelas.

Debió recordar antecedentes históricos y fantasear con una posible caída de la Monarquía. Encontró la mejor vacuna en cuentas opacas que garantizaran su futuro y el de los suyos. El “donante” tenía que ser Arabia Saudí, de abundantes recursos, estrechas relaciones y contactos empresariales.

Una comisionista pretenciosa y licenciosa hace estallar el caso    y  lo pone frente a las cuerdas.

Al final sus puntos débiles han sido los del común de la gente: el sexo y el dinero o, dicho en su tono campechano: la bragueta y la cartera.

Ocurre esto cuando más enemigos tiene la Monarquía y menos lo merece habida cuenta del buen hacer y saber estar de Felipe VI. Algunos no caben en sí de puro gozo. Otros lo lamentamos.

 

 

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