A LA BAJA

 

Las siglas de Podemos se van devaluando. Surgió hace cinco años, vivió su momento de gloria, pero todo apunta a que están en horas bajas y los procesos electorales próximos serán decepcionantes. Van desertando los fundadores, los cacareados círculos no funcionan y el cesarismo de su secretario general se acentúa.

El último desmarque ha sido el de Íñigo Errejón (calificado ya como un “errejonazo” letal en el lomo de Iglesias) que será candidato en Madrid alineado con Carmena y fuera de las siglas. Se suma a Galicia, Cataluña y Andalucía donde se crean marcas propias.

Sus mensajes simplistas y demagógicos ya no venden. Lo raro es que aún cuentan con el apoyo estimado de un 15% de españoles que ven en ellos una izquierda seria capaz de resolver problemas.

En el PSOE se aplaude en silencio.

 

 

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