LA HUELLA

                                     LA HUELLA

El resultado de las presidenciales norteamericanas hay que festejarlo. Es bueno que la primera potencia mundial deje de estar gobernada por un alocado megalómano y pase a estarlo por una persona sensata, con la prudencia que dan la experiencia y la veteranía.

Pero Trump ha dividido a la sociedad, ha obtenido unos resultados mejores de lo previsto consiguiendo que su mensaje nacional-populista cale en esa América cerril, iletrada, primaria. No puede renunciar a convertirse en un espectáculo, es consustancial en él y ahora anda retorcido en la amargura de la derrota y amenazando con la vuelta, otra de sus bravuconadas. Seguirá incordiando, amenazando; habrá que ver el eco que encuentra en sus votantes y hasta dónde alteran la convivencia.

La gran tarea inicial de Biden es lograr la paz social, que se imponga la cordura y se vaya borrando la huella trumpiana hasta convertirse en un mal sueño.

Fernando Martínez Serrano     8-11-20

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