LA LUCHA INACABADA

 

Quien no crea que hay que seguir luchando por la igualdad real entre hombres y mujeres no es retrógrado; es, simplemente, imbécil.

La igualdad legal ya no es suficiente, hay que cerrar toda brecha intersexual, no sólo la laboral, también la psico-socio-cultural.

Lo único discutible es el modo y el ritmo en que debe desarrollarse el proceso. Dada su importancia, no debería usarse como arma arrojadiza ni proceden actitudes unilaterales, se exige una actuación conjunta hombre-mujer. A ello hay que añadir que sería uno de los espacios políticos en los que podrían convivir los diferentes partidos, acordando y definiendo criterios y medidas necesarias, trabajando con el silencio del proceder racional y sabiendo que se requiere tiempo.

El éxito estaría garantizado y los frutos se verían pronto.

 

 

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