El artículo 6 de la Constitución define su naturaleza y función.
Ciertamente son “instrumento fundamental para la participación política y expresan el pluralismo”, pero también es cierto que con el paso del tiempo van perdiendo importancia, vaciándose de contenido. Se observa en ellos un círculo vicioso: son poco atractivos y muchas personas cualificadas no se afilian, eso los empobrece más y los convierte en espacios cerrados. Todo queda en manos de un reducido “aparato” y un dirigente cada vez más cesarista que busca ideas y estrategias en personas ajenas al partido, profesionales del marketing y la demoscopia.
Como siguen siendo necesarios porque no hay otro instrumento, se debería hacer un esfuerzo por sanearlos y potenciarlos. Es una tarea de los militantes y, sobre todo, de los dirigentes, aunque suponga para ellos más trabajo y un transcurrir menos cómodo.