Durante todo el tiempo que llevamos de confinamiento no he dejado de escribir ni un solo día sobre el coronavirus, lo he convertido en un ritual terapéutico; como si de ese modo lo pudiera alejar, una especie de exorcismo.
Por desgracia la pandemia es un asunto omnipresente, ha creado un “covicentrismo” de tal manera que todo gira en torno al dichoso virus, lo demás palidece en su presencia.
Estamos ante uno de esos temas comodín fácilmente relacionable con multitud de cuestiones y ámbitos diferentes. Buena prueba de ello son los magníficos artículos que está escribiendo José Mª Pérez-Muelas, seleccionando obras clásicas literarias y, de un modo u otro, asociando sus temas y personajes con el estado de alarma y el confinamiento.
Por mi parte lo único que deseo es que el tema vaya perdiendo intensidad y actualidad hasta ser vencido por la ciencia.
Creo que fue Piglia quien dijo que solamente había dos temas en la literatura de todos los tiempos: el viaje y el amor. Todo lo demás, apunto yo (y creo que también se lo leí a Borges) es mera reescritura.
Algo que me está enseñando la serie de artículos que publico en La Opinión es que todas estas circunstancias que nos afectan ya han sido escritas, siglos antes, en países diferentes por personas no tan lejanas a nosotros.
Por otra parte, la mayoría de esas lecturas fueron motivadas en mi época del Ibáñez Martín (espero que aún no sea delito nombrar el instituto) por profesores como usted (aún me cuesta el tuteo).
Muchas gracias por el chispazo. Algunas de estas reflexiones dan más luz que otros grandes artículos que leemos desde la capital.
Un saludo y siempre agradecido.
Tal vez sea cierta esa repetición de acontecimientos en el orden cósmico que ya apuntaban los estoicos.
Para mí es un honor que un exalumno tan inteligente,culto y brillante como tú debute en mi blog.
Gracias por el elogio y un abrazo