MONÓTONOS

 

Hay temas y personajes que acaban siendo muy aburridos porque se repiten mucho y aportan poco. Desde hace años una chica se ha hecho famosa por el modo en que aparece vestida en Nochevieja; parece que el reto es ir desnudándose cada día un poco más. El desgraciado rufián monta un numerito cada vez que comparece en el Congreso, hace el ridículo y nos ofende pero se lo consienten y los medios lo jalean. La persistencia del orate catalán es más grave porque sus efectos son más negativos en Cataluña y en el resto de España.

Frente a estos pelmazos, la hermosa monotonía de Machado: “Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de lluvia tras los cristales”.

 

 

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