Vaya imagen la que, una vez más, proyectamos desde la región de Murcia.
En primer lugar el culebrón político. Quien debería irse no se va ni con agua caliente, los que pueden echarlo marean la perdiz, hacen propuestas imposibles y el más listo ha propuesto un gobierno de quita y pon que dure seis meses (sería una gestión gloriosa llena de ceses y nombramientos interinos).
Luego está la enorme relevancia pública de ese personaje llamado Cassandra, siniestra y necrófila que no ha resuelto su desajuste psicosomático y derrocha odio deseando muertes por doquier para contarlo en twitter. Ahora se enriquecerá y será candidata de Podemos, cosa que agradecerán los potenciales padres de alumnos suyos.
Y como guinda aparecen tres desgraciados pedófilos, unos canallas que nunca tendrán el castigo que merecen.