Literalmente, porque ha ocasionado la muerte de una niña. Y no se trata de frontera entre países en guerra sino entre dos Comunidades Autónomas españolas.
En Burgos los padres de la niña, gravemente enferma, piden una ambulancia a un hospital alavés- donde ya la habían atendido antes- y les contestan que han de llamar a Castilla-León. La trasladan en su coche pero cuando llegan la niña ha muerto.
Para colmo de la vergüenza, el impresentable diputado del PNV, Olabarría aprovecha la ocasión y dice que no habría sucedido si Treviño perteneciese al País Vasco (reivindicación del nacionalismo y de ETA).
Luego nos quieren vender las bondades de la Administración autonómica.