Desde que somos bípedos las manos desempeñan una función primordial en nuestra vida, lo que podemos hacer con ellas nos sigue diferenciando del resto de los animales (“Homo faber”).
Además, son una fecunda fuente de comunicación, un órgano clave del lenguaje corporal. Basta con analizar algunos de los movimientos que hacemos con ellas: estrecharlas o chocarlas con otra persona (el saludo más universal); dar palmadas (celebración, júbilo); Brazo en alto y mano extendida (malos recuerdos, violencia); puño cerrado (gesto de unión, que también causó desastres); ángulo de 45 grados y dedo a la sien (disciplina, subordinación); movimientos de dedos (múltiples significados, desde la grosería a la victoria).Todo un código manual.