Lo del ministro Wert es inconcebible, va de victoria en victoria hasta la derrota final. No contento con gestar la LOMCE, ahora se despacha con un decreto sobre especialidades que levanta ampollas en todo el sector docente y que- fiel a su estilo- ha elaborado al margen de los sindicatos.
Profesores que se han formado según criterios de especialización, que han hecho oposiciones a materias específicas, tendrían que dar clase de asignaturas ajenas a su especialidad.
El sólo quiere que siga la reducción del número de profesores y que cada director encaje el rompecabezas con las piezas que le dan.
Con razón hay artistas que rechazan premios por no hacerse una foto con el ministro.

La que se desata cuando el pueblo se siente impotente ante sus justas demandas. El caso de los 43 estudiantes asesinados en la ciudad de Iguala es paradigmático.
Eran jóvenes que aspiraban a ser maestros para enseñar a los suyos en zonas agrícolas y pobres. Su delito fue estorbar a la mujer del alcalde en sus aspiraciones políticas y fueron “señalados” ante los sicarios como víctimas. Así se hace patente la conexión entre dirigentes y narcotraficantes, aparece México como un Estado casi fallido.
La reacción popular agresiva y destructiva es rechazable por ser claramente ilegal pero comprensible psicológicamente. ¿Qué condena merecen el alcalde y su mujer?

Hasta 2012 los funcionarios murcianos de sanidad o educación se podían prejubilar a los 60 años o posponer la jubilación hasta los 70.
Ahora es obligatorio hacerlo a los 65, como exigencia del plan de ajuste económico. Un sindicato médico recurrió la medida y un juzgado les ha dado la razón anulándola e indicando a la Administración cómo han de cambiar la ley.
Me parece una magnífica ocasión para dejar las cosas como estaban: llegar a los 70 voluntariamente. Nadie saldría perjudicado y el mínimo beneficio económico que obtienen no paga el daño que hacen a profesores o médicos y-me atrevo a decir que en la mayoría de los casos- a alumnos o pacientes.

Adaptadas a los nuevos tiempos. BIENAVENTURADOS el resto de los españoles porque algún día se librarán de la tabarra nacionalista catalana. BIENAVENTURADA la clase media que soporta sobre sus espalda los efectos de la crisis porque algún día se recuperará.
BIENAVENTURADA la gente sanamente cabreada porque algún día se verá libre de corruptos, incompetentes y demagogos. BIENAVENTURADOS los televidentes porque algún día dejarán de padecer la publicidad abusiva, la trivialidad y la promoción de populismos en las cadenas privadas. BIENAVENTURADOS los murcianos porque algún día vivirán en una Comunidad que no sea líder en todos los indicadores negativos.

Sin duda merecido el que recibió Alfonso Guerra en el hemiciclo como despedida de su larga carrera parlamentaria. El reconocimiento del presidente y la cálida respuesta unánime de diputados de diferentes partidos son un digno colofón para el fin de etapa de un político que ha ejercido durante 37 años y la mayor parte del tiempo en primera línea, muy cerca de los centros de decisión más importantes en nuestra historia reciente.
Contribuyó a forjar un partido que ha tenido un papel decisivo en la modernización del Estado Constitucional, en la “puesta a punto” de la España democrática.
Que hay luces y sombras en su larga trayectoria es tan obvio que no hay que decirlo.

Es el nombre que barajan los sexólogos para un síndrome recién descubierto. Hemos conocido la curiosa convergencia de representantes políticos en una misma mujer que los acogía en su seno con dulzura colombiana en el cálido clima canario.
Primero fue el Senado con vuelo desde Extremadura, luego el Congreso desde Teruel. No sabemos si ellos se conocían o si alguna vez coincidieron los tres. Compartían la inclinación a pagar sus inquietudes eróticas con cargo a los presupuestos del Estado, a nuestros impuestos; cuando parece obvio que se trata de un tema particular e íntimo, salvo que la señora sea una fuente de saber legislativo donde se amamantaban ambos para mejor ejercer su función pública.

La primera se hizo “de la ley a la ley pasando por la ley”. Con un alto grado de consenso se desmontó el franquismo y se dio paso a un Estado constitucional plenamente democrático.
Hoy parece que emerge una sedicente izquierda un tanto borrosa liderada por Podemos (supongo que sin la presencia del PSOE) que podría alcanzar una mayoría suficiente para gobernar.
Esa nueva transición se efectuaría… ¿de dónde a dónde?, ¿de lo caduco a lo desconcertante por incierto?, ¿qué estructuras de los poderes legislativo o ejecutivo cambiarían?, ¿alguien cree en serio que es posible dar rienda suelta a su fiebre nacionalizadora y a muchas de sus propuestas?

Si hay que señalar el punto más esperpéntico en el mapa de la corrupción ahí está ella: obscena, grosera, insultantemente chulesca en su provocación. Continúa atrincherada y amenazante , es una patata caliente que se pasan entre el PP valenciano y la ejecutiva nacional pero ninguno se atreve a hacer algo tan sencillo como expulsarla del partido; es como la falsa moneda que de mano en mano va y ninguno se la queda. Saben que mantenerla en la alcaldía es dar munición a los atacantes de la casta y de un sistema superado por los acontecimientos.
Una hermosa ciudad como Alicante no merece padecer algo así al frente de su ayuntamiento.

Primero perdió la mayoría en el Congreso y ahora en el Senado. Los dos años que le quedan para agotar su mandato pueden convertirse en una odisea con el legislativo en contra. El PIB crece, el paro disminuye pero no parece suficiente para seguir apoyándolo.
La América institucional y profunda de los Wasp (blancos, anglosajones y protestantes) triunfa sobre las políticas de un presidente negro, rechaza su reforma sanitaria o su reticencia ante la venta libre de armas.
Los jóvenes y las minorías étnicas- afroamericanos y latinos- no han respaldado la gestión de Obama. Seguramente piensan que con los republicanos del Tea Party les irá mejor. ¡Que Santa Lucía les conserve la vista!

Hermosa cadena montañosa que separa dos países con una amplia y rica historia. Recientemente, en uno de ellos ha triunfado la extrema derecha y en el otro una izquierda borrosa (cuando tanta falta hacen ahí líderes solventes, creíbles); simplistas y demagógicas ambas.
Un buen día los montes cobran vida, el Aneto gira la cabeza de norte a sur, como en el tenis, para contemplar asombrado dos gigantescas estupideces de signo contrario, alimentándose cada una con sus propios fantasmas.
De pronto despiertas, sales de la pesadilla y te preguntas si españoles y franceses no estaremos caminando en esa dirección y mereciendo ese castigo con nuestro comportamiento.