SENTENCIAS

 

Se pronuncian miles diariamente en los juzgados y es normal que algunas contengan elementos curiosos e incluso discutibles, cosa que parece abundar en las referentes a casos de violencia sexual.

Hubo algunas sonadas como la de la “minifalda” o la de los “vaqueros” donde casi se consideraba que la mujer inducía al delito o no se resistía lo suficiente porque se dejó quitar los pantalones.

Ahora, en Vitoria, una magistrada pregunta a la víctima: “¿Cerró la piernas, cerró toda la parte de los órganos femeninos?” Puede parecer anecdótico pero yo creo que son indicadores de una mentalidad poco acorde con la de juez porque reflejan un modo de entender lo que es una violación y de posibles factores atenuantes para el violador.

Una sentencia emitida desde esa predisposición raya en la prevaricación.

 

 

 

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