Es lo que dice padecer el líder minero Fernández Villa aunque yo creo que ese delirio deberíamos padecerlo nosotros más que él.
Recuerdo a un amigo asturiano hablándome del respeto que le merecía este personaje y confirmando que en su tierra no se movía nada sin contar con él, con el guardián de las esencias.
Uno de los muchos puntales que se van cayendo de este edificio socio-político en el que vivimos.
Ojalá no estemos ante una utilización fraudulenta de los fondos con los que se compensaba la caída de la actividad minera; de ser así, el caso de los ERE se quedaría pequeño.