UNA DUDA PROFUNDA

Me ronda una idea persistente y que no me aparece “clara y distinta”, como diría Descartes, sino oscura y confusa.
Cuando por cualquier circunstancia alguien pierde la posición de poder que tenía ¿cómo reacciona ante el sucesor?. Debería desearle éxito porque comparten la misma causa pero puede ocurrir que la necesidad de reconocimiento y un ego desmesurado lo lleven a desear el fracaso para que quede resaltada su figura.
Su abnegada entrega era falsa y carecía de convicciones y principios serios.
Lo más probable es que encuentre algún imbécil- bien o malintencionado- que secunde su estrategia, se preste al juego.
He conocido varias situaciones de este tipo y sólo se me ocurre pensar en la miseria humana.

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