Cada vez vamos conociendo mejor las formas de reclutamiento utilizadas por el EI para nutrir sus ejércitos. Entre ellas juegan un papel decisivo las redes sociales en Internet que saben tender en los caladeros propicios: gente joven con poca formación y menos cerebro que en poco tiempo se radicalizan hasta la locura.
Un capítulo aparte son las mujeres, tan infravaloradas en su religión y en su sociedad. Muchas se ofrecen para convertirse en esclavas sexuales aunque
en este terreno sí parecen dispuestos a ofrecerles condiciones de igualdad: ya pueden inmolarse y matar infieles, como hacen ellos. ¿Qué clase de paraíso les prometerán?
Forman un ejército casi invencible; en cierto modo, son muertos vivientes.