Un joven de 18 años se llevó una bicicleta de alquiler y no la devolvió; han pasado 8 años, está casado, tiene dos hijos y está perfectamente integrado. Dice ahora un juez que ha de ingresar en prisión.
Rodrigo Rato ha ayudado a quebrar una gran Caja de Ahorros, mantiene cuentas con dinero negro fuera de España, cobra comisiones ilegales, defrauda a Hacienda y sigue en la calle.
Esto sí que crea alarma social y los jueces no deberían calentar más el ambiente de indignación y hacer crecer movimientos antisistema, de todo lo cual vamos ya bien servidos.
Podrían crearse tribunales de racionalidad, de sensatez, que evitaran espectáculos tan bochornosos como este.
Lamentablemente no son excepciones estos dos ejemplos, y por no serlo tenemos esa percepción de que la justicia no siempre funciona en España. En unos casos por la falta de independencia respecto al poder político, y en otros por leyes anacrónicas y falta de flexibilidad en el sistema para poder aplicar esa «racionalidad y sensatez». Urgen importantes reformas en el ámbito judicial y legislativo para que dejen de producirse estas situaciones que tanto nos chirrían a todos.
Claro que no son excepciones,por desgracia.Ya se haablaba de la diferencia de penas impuestas al robagallinas o al delincuente de cuello duro.
Ninguna fuerza política se atreve a abordar en serio la necesaria y aplia reforma que tendría que realizarse en el ámbito judicial.