Y acabarán cuestionando tu hiperliderazgo. Pablo Turrión caminaba imperturbable hacia su momento estelar en las próximas elecciones, deshaciéndose de lo que le estorbaba, ya fuera la novia o su socio fundador (aunque ambos volverán). Fiel a su estilo, ha despreciado a IU y a sus dirigentes y ha diseñado unas primarias “sui generis”, absolutamente controladas.
Pueden ser errores serios porque se le rebelan las bases y genera rechazo en sectores de la izquierda. Se inicia un movimiento que busca candidaturas de unidad popular, sin Podemos, ya que el ejemplo de los ayuntamientos de Barcelona y Madrid es muy atractivo.
¿Devorará la criatura al creador? Sería un final digno para este ególatra insolente.