EL DIALOGANTE

 

Las bases del discurso: “Cataluña no tiene rey”. “Tenemos que atacar al Estado”. “No aceptaré sentencias que no sean absolutorias para mis presos políticos”. “Nada de engañifas, ya tenemos autogobierno y queremos un referéndum de autodeterminación”. Y acaba: “Se me debe olvidar algo pero llamo a Bruselas y en seguida se lo digo”

Que el nuevo orate diga estas cosas no es sorprendente, a fin de cuentas para eso lo han puesto ahí y le pagan 145.000 euros anuales. Lo que sorprende y causa estupor es que un gobierno que se dice socialista oiga este discurso, se lo trague y siga confiando en la posibilidad de un diálogo leal y fructífero. Sólo se entiende desde la necesidad y la vanidad de su presidente.

 

 

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