EL ETERNO RETORNO

 

La Constitución quiso solucionar el difícil problema de la estructura territorial primando a las tres llamadas históricas. Pronto surgió el agravio comparativo en las otras catorce y hubo que nivelar los techos competenciales.

Ahora ese gran estadista que anda buscando votos debajo de las piedras pide cambios para implantar la España plurinacional, sin concretar mucho su propuesta y haciéndolo para calmar la amenaza catalana.

Aunque se lograra no serviría para nada, habría que “igualar” en derechos a las diferentes naciones; pero ya sabemos que algunos son insaciables y, como su propio nombre indica, nunca estarían satisfechos, pedirían más. Y entonces ¿qué? Vuelta a empezar el proceso. Estaremos como Sísifo, condenados a soportar una pesada carga de la que nadie nos puede liberar.

 

 

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