JAQUE AL REY

 

Un desgraciado que no representa a nadie decide atacar al jefe del Estado con saña, grosería y persistencia; ya condenado, sigue amenazando, no ceja en su obsesión.

Increíblemente hay políticos que lo defienden argumentando que es libertad de expresión, con lo cual degradan un concepto tan hermoso y significativo en una democracia. Deberían ser los primeros en defender la jefatura del Estado y el hecho de que mientras su titular no dé motivos para lo contrario ha de ser una figura protegida, precisamente porque simboliza la imagen y unidad de un país y sus habitantes.

No parece serio que un provocador profesional genere un debate ideológico, no hay derecho a que estos individuos nos tomen el pelo con estas batallas gratuitas que emprenden a título individual.

 

 

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